Somos de impulsos, la verdad es que en ocasiones no miramos lo que tenemos delante ni detrás, solo vamos a hacer lo que realmente nos apetece en ese momento y esto nos puede salir muy caro. Os pongo en antecedentes.
Estamos en casa mi chico y yo, tranquilos, viendo la tele en el salón, de pronto un anuncio de estos que ponen en verano para potenciar el turismo en las ciudades españolas, nos enseña Córdoba, una maravillosa ciudad, la mezquita, la cultura arábiga, bla bla bla…ya sabéis…
Pues mi novio se pone a decir que no conocemos Córdoba, que qué ganas de visitarlo, que porque no nos vamos mañana mismo, que mejor hacer las cosas cuando se nos ocurre, que lo que os diga, a las siete de la mañana del día siguiente estábamos camino de la maravillosa ciudad de Córdoba. Un viaje no muy largo y muy tranquilo y como los dos estamos siempre hablando de todo lo que se nos pasa por la cabeza pues no se nos hacen pesados los viajes que realizamos.
Pasamos un día fantástico paseando por las calles de la ciudad y visitando la mezquita y el puente romano. Una pasada recorrer esas calles tan estrechas y esas casas tan pintorescas.
Llegó la hora de volver a casa y ante mi sorpresa el coche no arranca, que horror, se había quedado sin batería y yo no sabía por qué. Un sábado por la tarde ya os digo yo que es muy complicado encontrar un taller mecánico abierto para poder comprar una batería, por suerte o por influencia divina, encontramos un desguace en cordoba en el que pudimos comprar una batería y arrancar el coche.
Ya de camino a casa, en la protección del coche, nos reíamos a carcajadas pensando en lo que nos podía haber pasado de no haber encontrado el desguace abierto. Desde luego es que no nos pasan más cosas porque Dios no quiere, siempre andamos a la aventura y enredando solo con el afán de conocer sitios nuevos y vivir miles de experiencias que después contaremos a nuestros hijos, una manera muy buena y bonita de vivir en pareja, con gustos similares que no iguales hacen que lo pasemos muy bien estemos donde estemos y nos pasen las cosas que nos pasen, disfrutamos del momento tal y como llega y mañana ya veremos con lo que salimos.